sábado, 28 de agosto de 2010
Aunque sea la 4ª, para nosotros fue la primera vez que hacíamos una ruta nocturna. Y no pudimos escoger otro día sino el día que mas calor hacia practicamente en toda la península.
Cerca de 740 personas (738 para ser mas exactos) fuimos los que emprendimos la subida al Monduver desde Xeraco. Nosotros habíamos subido anteriormente desde zonas diferentes pero desde aquí no. Llegamos al punto de recogida de dorsal y cogimos el coche para dejarlo lo mas cerca posible de la salida que estaba a 3 km mas o menos.
A las 21 horas daba por iniciada la ruta y aquello parecía como una procesión, en fila de a uno según se iba estrechando la senda. Frontales encendidos, linternas los mas puristas pero aquello era como un rosario. A la hora mas o menos ya había gente que se apartaba a descansar porque no podía mas, pues la temperatura no bajaba de los 30º a pesar que era de noche, y no soplaba nada de viento y el poco que soplaba todavía era de poniente.
Lo que si nos llamó la atención era la cantidad de gente que iba, pero concretamente la indumentaria, que se notaba que era gente que no practicaba el senderismo o se estaba enganchando recientemente. A pesar de que lo ponía bien claro en la inscripción de que la dificultad técnica era media, la gente así y todo se apuntó y así les fue. Vimos de todo tipo. Gente superacalorada, gente con pajaras, gente con piernas literalmente machacadas. Pero todos teníamos en comun una cosa, y era hacer cima en el Monduver donde se suponía que el avituallamiento fuese un poco mas de lo que fue. Vale que también ponía que el avituallamiento era liquido, pero practicamente en cualquier evento de estas características donde el esfuerzo fisico es de 5 horas de caminata, en ningún sitio ha faltado el tema solido (frutos secos, fruta, gel, etc...) para recomponer el desgaste sufrido.
Espero que sea una aportación para las siguientes ediciones y no como critica..
Bueno,,, fotos pocas, era de noche, solo las de la salida y poco mas.

jueves, 5 de agosto de 2010
Este año 2010 hemos acabado el fin de temporada coronando la cima más alta de la península.

Aunque su altura no es excepcional, el Mulhacén es el pico más alto de Europa fuera del Cáucaso y los Alpes (las Islas Canarias y Groenlandia, con picos más altos, pertenecen políticamente a Europa, pero geográficamente son parte de África y Norteamérica, respectivamente). Es también el tercer pico más prominente de Europa Occidental (continental), después del Mont Blanc y el Monte Etna y ocupa el puesto 64 en la clasificación mundial de prominencia.[2] El pico no es espectacular en términos de accesibilidad o relieve. El lado sur de la montaña es suave,[3] y no presenta retos técnicos, al igual que en el caso de lado oeste. El lado norte, de acceso más corto, es ligeramente más abrupto. (Fuente Wikipedia)

Todo comienza dejando el coche a una orilla del camino que lleva desde Capileira hasta la barrera de la Hoya del Portillo. Solo un coche había en el lugar y si, por lo menos vimos varios coches que seguían hacia arriba. Nos cambiamos de ropa y en unos 20 minutos escasos comenzaría nuestra andadura hacia el refugio de Poqueira que era nuestro destino el primer día siendo el trayecto de unos 8,6 km.

La senda transcurría justo al lado de la acequia donde el desnivel era apenas acusable y podría decirse que más bien era llano, pero con la fuerza que bajaba el agua por su canal nos hacía indicar que a pesar de ser fácil su andadura, íbamos ganando altura poco a poco. A pocos minutos vimos al fondo el refugio donde la primera impresión fue “Eso ya lo tenemos ahí”, pero solo era una especie de espejismo, pues nos quedaban cerca de 3 horas de caminata y un desnivel que a primera vista no era apreciable.
Después de unas 2 horas de caminata paramos a comer algo para continuar luego con pilas cargadas hasta llegar al punto que nos obligaría a girar y cruzar la acequia y donde empezaría un corto camino de unos 1,27 km para salvar el desnivel de unos 297 mts hacia el Refugio.
Una vez terminada la fuerte subida ya estábamos encima del refugio donde nos recibieron dos perros, uno de ellos un San Bernardo que ladraban avisando a los guardas de que había gente llegando.

Después de registrarnos nos dimos una merecida ducha de agua fría (la calentita se tenía que pagar, como en todo refugio claro está) y bajamos a tomarnos un refresco y matar las horas hasta la cena jugando al dominó.
Llegó la cena, a base de sopa, ensalada y magret de cerdo y a dormir que al día siguiente había mucha tela que cortar.

Nos levantamos a las 6’30 y menos mal que Juan estaba al tanto pues me quede frito y no oí el despertador, nos calzamos y nos pusimos la segunda capa, pues a esas horas rascaba algo de fresco y nos despedimos de Alejandro un chico de Getafe que sería el que nos hizo la foto de salida y nos enfilamos justo por detrás del refugio monte arriba.

La distancia a recorrer era en total de 20 km en 11 horas y media.
Monte arriba lo que se dice monte arriba, y así así hasta unas 3 horas y pico parando a descansar cada 15 minutos más o menos pues la altura hacia mella en nuestros cuerpos y no era cosa de echar ninguna carrera sino de llegar arriba y luego regresar.
Casi coronando vimos una cornamenta impresionante de un par de cabras que estaban arriba y gran alegría cuando llegamos al Mulhacen II y hacer nuestro primer objetivo.
Fotos de rigor y alegría más cuando tan solo nos diferenciaba un kilómetro de distancia el objetivo final eso si con desnivel y altura.

Y por fin a pocos metros de llegar a la cumbre, las piernas y el corazón se aceleraban y sentimientos de rabia e impotencia explotaban dejando dos años atrás donde “Nos comimos el pastel pero no la guinda, como diría Iñaki Ochoa”.

Pero ...“Este año, pastel y guinda”.

El resto ya no importa tan solo decir que fueron 11 horas 30 minutos con cuerpos reventados pero que no se olvidaran nunca.



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